Comprar para otros By Luis Delgado Baon

Una vez rematadas las principales acciones de guerra en el mar del Sur, expuestas en el volumen anterior, la escuadra espaola del Pacfico, bajo el mando del brigadier Mndez Nez, deba obedecer las instrucciones del gobierno y regresar a Espaa. El comandante general decide dividir su fuerza con dos objetivos diferentes. Por una parte, los buques ms daados, as como la fragata blindada Numancia, que todava levantaba sospechas sobre su real capacidad en largas navegaciones con temporales de orden, deberan mostrar el pabelln en las islas Filipinas y acabar por circunnavegar el globo. Por otra parte, la divisin compuesta por las fragatas Villa de Madrid, donde izaba su insignia Mndez Nez, Almansa, Resolucin y Blanca, debera aproar hacia el sur y montar el cabo de Hornos en la peor poca del ao, cuando adems de terribles temporales, se podran sufrir a bordo vientos glidos, nieve, granizo, carmbanos, cubiertas heladas y temperaturas de las que cortan la piel.
Si la divisin bajo el mando del capitn de navo Manuel de la Pezuela deba atravesar el infinito ocano Pacfico y sufrir un elevado nmero de enfermos por escorbuto, a partir de su escala en la isla de Otahiti casi todo se aclar en nubes blancas. Sin embargo, la otra divisin deba encarar las ms penosas situaciones de mar, de forma especial la fragata Resolucin, que salv el buque y sus hombres por especial deferencia de la Santa Patrona. A su bordo se vivieron los ms trgicos y peligrosos momentos que un buque puede afrontar sobre las aguas, un ejemplo de tenacidad y creencia, sin desfallecer en momento alguno. Dice el refrn, que est bien lo que acaba bien. No creo que muchos miembros de aquellas sufridas dotaciones opinaran en tal sentido.
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